Canelo Álvarez fue un rodillo en Nueva York. El mexicano se estrenaba en uno de los templos del boxeo, el Madison Square Garden, y lo hizo con una exhibición. Rocky Fielding partía con pocas opciones de inicio, pero tuvo menos todavía cuando quiso fajarse desde el primer asalto. "Él se equivocó y yo hice mi trabajo. Aquí está el KO que prometí", afirmaba tras la pelea el nuevo campeón mundial WBA Regular (interino del organismo) del peso supermedio. Canelo ganó en tres asaltos con suma facilidad. Tenía un plan marcado y lo ejecutó sin miramientos. Logra así reinar en su tercera categoría tras haberlo hecho en el superwelter. Canelo sigue ampliando su legado.
Se rehizo, pero el camino ya estaba marcado. Desde ese momento Fielding comenzó a cubrirse más abajo y Canelo sólo le tiró golpes ahí. Le tuvo que distraer en el segundo asalto para que la misma mano volviese a entrar. Lo logró con sólo 25 segundos para el final del round. El británico volvió al suelo. Se puso en pie de nuevo, pero el camino parecía claro... o no tanto. El campeón priorizó cubrirse abajo, dejó muchos huecos en el mentón y una derecha de Canelo le hacía caer por tercera vez. Ahí estuvo la pelea. Dos manos al hígado y una al mentón. La guardia de Rocky hacía aguas y debía decidir por donde taparse. Mientras lo procesaba Canelo fue más rápido.
Upper a la guardia, le subió los brazos y lo remató con otro hook al hígado. El árbitro detuvo la paliza. No tenía sentido seguir. Canelo trituró y después bajó el ritmo para hablar del futuro. ¿Golovkin, Jacobs...? "Ahora toca descansar y después decidiremos, pero lo que elijamos será lo mejor para el público", concluyó el mexicano ante el júbilo de los fans. Canelo ratificó su status ante Fielding, ahora debe medir su próximo paso.
